lunes, 15 de diciembre de 2008

LA BUROCRACIA Y LA COMPETITIVIDAD MEXICANA

El Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional publican anualmente un reporte intitulado Doing Business (Haciendo Negocios), en donde se califican algunos indicadores de la reglamentación de las actividades comerciales que registran el tiempo y el costo para cumplir los requisitos legales para iniciar y administrar un negocio, participar en el comercio transfronterizo, pagar impuestos y cerrar una empresa en 181 economías, para enlistarlas de acuerdo a lo que el documento califica como competitividad, es decir que en los primeros lugares encontraremos a los países con las menores dificultades y mayores facilidades para la actividad de las empresas.
En su edición del 2009 el documento ubica a México en el lugar número 56; es decir que está 14 lugares abajo del puesto que ocupaba el año pasado, retrocediendo respecto a economías emergentes de Asia y África que se han vuelto más competitivas que este país.
La razón central del retroceso de la competitividad mexicana se puede encontrar en la ausencia de reformas. Países como Hungría, Botswana y Colombia han hecho durante el último año una cantidad importante de modificaciones en sus respectivas reglamentaciones comerciales, causa por la cual hoy son más competitivos que México.
Es un lugar común pensar que reformas de este tipo no se efectúan porque se quedan atoradas en el congreso y sería fácil llegar a la conclusión de que si este país no avanza en materia de competitividad es debido a la incompetencia del órgano legislativo. Sin embargo el reporte citado no toma a consideración reformas tales como la energética, laboral o alguna otra que necesite el visto bueno del legislativo, sino más bien a reformas que tienen que ver con el papeleo; eliminación de trámites administrativos y burocráticos, flexibilizar los requisitos de capital mínimo para la creación de una empresa o incluso aquellas acciones que eliminaran o redujeran el tiempo necesario para rellenar formularios.
Por tanto podemos afirmar que lo que verdaderamente está ahogando la competitividad mexicana es la excesiva carga burocrática que hay que soportar para echar a andar y mantener operando una empresa y que es un incentivo muy importante para que muchos emprendedores decidan mantenerse en el sector no regulado de la economía nacional.
A todos los preocupados por la salud económica del país nos interesa que los responsables del buen funcionamiento del sector productivo del país implementen pues medidas encaminadas a volver sencillo y claro el procedimiento necesario para emprender y mantener un negocio; de esta manera se facilitaría el funcionamiento de las pequeñas y medianas empresas –creadoras de 8 de cada 10 empleos en este país- al mismo tiempo que se reduciría el sector informal de la economía.

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