lunes, 15 de diciembre de 2008

EL CONTROL DE PRECIOS DE LOS ALIMENTOS EN MÉXICO

El miércoles 18 de junio de 2008, el presidente Felipe Calderón ha anunciado un programa de fijación de precios máximos. El objetivo de dicha acción se mencionó en el mensaje que dio el presidente ese día al terminar la reunión con miembros de la Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN) y que un fragmento dice a la letra:

Yo por eso quiero reconocer hoy el esfuerzo de los industriales de México y de la CONCAMIN y, en particular, el esfuerzo de cámaras, como de la Industria de Conservas en México y otras, por el acuerdo al que se ha llegado el día de hoy y que ponemos a su conocimiento. Con esta decisión de CONCAMIN, insisto, se congelan a partir de hoy y hasta fin de año, el 31 de diciembre, los precios de más de 150 productos, entre los que se incluyen diversas marcas de aceites, de frijoles preparados, de atún en lata, jugos, sopas, salsas, café con leche y otros productos básicos que son de enorme consumo popular. (Presidencia de la república, Sala de prensa; 18 de Junio de 2008)

En mi opinión el congelamiento de precios es sólo un placebo contra la coyuntura y por tanto no es una buena alternativa para la solución del alza de precios en los alimentos, sin embargo es una acción sujeta a debate.
Haciendo a un lado esto, hay otro par de cuestiones que resultan quizá más graves. En primer lugar, por la forma en que se ha difundido el programa se hace pensar que se han fijado máximos a los precios de algunos productos elegidos, cuando en realidad lo que se está haciendo es fijar el tope de precios de algunas presentaciones de ciertos productos para ciertas, marcas. Es decir que, por ejemplo, en vez de congelar el precio del producto frijol, se fija el precio para el producto “frijoles refritos con chipotle” en su presentación de 430 gramos de la marca “X”; o la “sardina en salsa de tomate en lata ovalada” en su presentación de 425 gramos de la marca “Y”, en lugar de controlar el precio de la sardina en general.
En segundo lugar no queda claro el criterio que se siguió para la selección de productos que forman parte de la mencionada lista. Lo más lógico sería pensar que se controlarían los precios de los productos que realmente son de consumo masivo, de aquellos que por temporadas tienen una alta volatilidad en su precio e incluso algunos bienes considerados para la elaboración del índice de precios al consumidor.
En la lista aparecen muchos bienes alimenticios que son poco o nada representativos dentro de los alimentos que se consumen entre las familias mexicanas en general y mucho menos en las de bajos ingresos (que es a quienes se pretendería ayudar con esta medida). Así por ejemplo se puede encontrar en la lista productos tales como peras en almíbar (en lata), café con leche, postre estilo flan, hojas de perejil deshidratado, vainilla de 250 mililitros y 16 tipos distintos de té.
Creo que el gobierno debería ser un poco más cauteloso al elaborar programas como el anterior. Cuando la población está esperando que los precios suban durante un largo periodo de tiempo, entonces trata de comprar antes de que eso suceda, sin embargo esas compras generan más inflación por que se demandan más productos de los que los empresarios habían puesto a la venta, es entonces cuando el gobierno actúa para mejorar las expectativas. Si este programa fue hecho para generar una buena expectativa inflacionaria entre la población, puede resultar contraproducente, porque cuando la gente vea que no se controló el precio de productos en general sino de sólo algunas presentaciones de ciertas marcas, el descontento no se hará esperar.

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